miércoles, 23 de marzo de 2011

Sin efecto boomerang

Prestar cosas puede ser una pavada, pero recuperarlas... qué sacrificio! No me refiero a los CDs y los libros que ya todos sabemos que van, pero nunca vuelven. A mí me gustaría aplicarle tecnología boomerang a la ropa y zapatos que presto. No me molesta en lo más mínimo prestar, porque también me gusta que me presten. Hubo una época en la que pensaba que prestar era a los quince y a los 19 se dejó de estilar. Pero estaba equivocada, a los 25 se vuelve a poner de moda. Por ahí tu amiga tiene una entrevista de trabajo y ni a palos tiene un pantalón formal, o vos tenés un casamiento y el vestido que te compraste para el cumple de 15 de la hermana de tu ex no te entra ni en el dedo chiquito del pie derecho. Ni que hablar de tu vestido de egresada... tener 25 en el 2011 implica que hayas egresado en el 2002 /2003 y en esa época se usaban los corsets y los vestidos largos con gajos... imaginate con eso en un casamiento modernoso. No hay chance. Pero mi problema, como decía no es ese, no tengo problema en prestar y mis amigas me prestan sin drama.
La cosa es la excusa de siempre "vivís muy lejos" me dicen a mí, como si la distancia desde su casa a la mía no fuera la misma que tuve que recorrer yo para ir a la de ellas. Y bueno, esta excusa parece no sólo ser válida a la hora de devolverme lo que les presto, sino que también es válido que quede implícita. A qué me refiero? A que parece ser que no es necesario que me digan "no te llevo tus cosas a tu casa porque me queda lejos", sino que yo ya debería saberlo y no tener ninguna queja al respecto. Si no tienen el auto ese día, no me las llevan, "no habíamos quedado en que te las llevaba A TU CASA!" me dice otra. No importa si yo las necesito urgente por algún evento o si las quiero para mirarlas, total SON MÍAS. A ellas les preocupa más el hecho de trasladarse hasta allá. Sin embargo cuando se las presté se las llevé yo porque "justo" nos juntábamos ese día y aprovecharon para pedirlas. 
Y se preguntarán qué pasa cuando es al revés? Cuando yo pido algo, lo tengo que ir a buscar... y ellas no se mudan más cerca de mi casa para que yo lo haga. Y seguramente necesiten la devolución urgente por X motivo y yo me pague un taxi de 20 mangos o les rompa las pelotas a mis hermanos para que se las lleven urgente.
Obviamente el error es mío, no por prestar, sino por ser responsable y moverme yo cuando es lo que se debe. Pero ahora ya está creada la costumbre, no queda otra que seguir insistiendo hasta que me lo devuelvan. Hoy viajo y me gustaría llevarme esas cosas, si no me las devuelven no me va a quedar otra que irlas a buscar y morirme de bronca... Más bronca me va a dar si mis amigas leen esto y se dan el tupé de ofenderse jaja. La solución? no pedir ni prestar más una vez que haya recuperado lo mío.
Será que habrá que hacer como en la escuela con las lapiceras que se les ponía un papelito recordando a quién la pedía que la devuelva?
"Todo vuelve" dicen... a mis zapatos se les perdió la brújulaaaa

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