Nuevo tratamiento modelador de traumas

Trabajar en un centro de estética puede ser muy nocivo para la salud mental y emocional. Hace 5 minutos me estaba exfoliando la cara con una crema carísima como aprendí a hacer dos veces por semana religiosamente. Desde cuándo? No sé! no sé cuál fue el día exacto en que me convertí al esteticismo. Cada vez que me pongo en bolas para bañarme paso por el espejo y no puedo creer mi celulitis, no! no es que haya aumentado tanto, es que mi cerebro se volvió más intolerante! Hace un par de semanas me sorprendí a mí misma comprando una crema de VICHY de $185 mangos! Milagrosa, les cuento para las que quieran el secreto... no lo divulguen mucho: cuantas más minas con vichy, más minas sin celulitis, más competencia. (WTF! este es otro pensamiento del estilo esteticista que irrumpe sin permiso en mi cabeza)

Me encargué personalmente de contarles el secreto Vichy a cada una de mis amigas, no sólo eso, también les di una clase explicativa de cómo aplicarla, cómo complementarla y qué efecto (científicamente hablando) iba a tener en sus tujes. Wow! esa no soy yo, por momentos me encuentro dando disertaciones acerca del drenaje linfático, que si es mejor manual o con botas y soy toda una experta! Sé distinguir qué tratamientos funcionan y cuáles reducen únicamente tu bolsillo. Y pregunto a la tarde: te pusiste protector? te vas a arrugar. Y entre charlas: vos te sacás el maquillaje a la noche? mirá que es importantísimo! OMG en qué me convertí!!!?? En uno de esos personajes tediosos que odio, en una SABELOTODO. No porque realmente lo sepa todo sobre el tema, sino por la actitud de explayarme en cada conversación sobre estrías, manchas en la piel o tiro de cola. GUACALA siempre odié a esas personas que quieren ostentar lo que saben... como debatimos el otro día con mi amiga LA ingeniera.

Está bien que aprendí a depilarme las axilas sin que me queden manchadas, a elegir una buena depiladora que te deplie el cavado divino divino, a usar distintos tipos de crema que antes jamás hubiese comprado, a tomar agua todos los días, a comer más sano etc... sé que todo eso contribuye a mi salud física. PERO NO A LA EMOCIONAL.

Me asusto más de mi misma por sentirme así que de las estrías que tengo en el culo. Yo antes ERA MÁS FELIZ, con los mismos poros marcados, las mismas pecas, las infinitas estrias, los cráteres, los flotadores, el poco pelo de la cabeza y el mucho de los brazos. No puedo ser! no puedo convertirme en una de ellas!

Pero sí, seguramente soy como los incombatibles flotadores, tiene que haber un EFECTO REBOTE emocional... seguramente vuelva la aceptación corporal cual pantalón de montar con un par de bonobones... Seguramente después de 4 días de vacaciones con amigas "descuidadas" como yo, vuelva a ser plenamente humana.