Caída libre

5 de octubre.... 5 años, un mes. Un mes de mi caída al precipicio, mejor dicho de mi lanzamiento al precipicio, porque fui muy voluntariosa. Un mes de la jugada más jugada... repercusiones? cero! Las únicas repercusiones son las de mi cabeza. Los mambos que me hago, los matetes que me rondan y no me dejan respirar. Podrían llamarse repercusiones internas... o intensas.

No sé qué me desespera más, si el hecho de que haya pasado un mes y no haya nadaaaa, o el hecho de estar volviéndome loca, sí, más que una cabra. Siempre fue igual, yo esperando inesperables, esperanzada sin alguna causa visible, remándola, tragándome la bronca, la tristeza. Igualmente nunca me consideré orgullosa, si así lo fuera, esto se hubiese terminado en el mes 3 y no en el año 5. Será que de verdad hay causantes de ilusiones? No creo, estoy casi segura, de que las causantes son mis inventos, mi escudo por no aceptar.

Difícil aceptar el rechazo, justamente es más fácil rechazar el rechazo. Lamentablemente no me creo capaz de manejar eso por ahora. Pero sí de tomar la decisión. 

Esos 5 minutos (5 otra vez) después de que suena el despertador,  el dolor al rechazo es lo primero que se me viene a la mente. Es como si alguien tuviese ganas de hacerme levantar de mal humor. Muy bieeenlograadoooo!!

Me preocupa que ya sea un mes, me preocupa porque estoy igual, exactamente igual, que ese día, que el 5 de septiembre. Colapso de sólo pensar cuántos meses más voy a estar igual que esa fucking tarde. Me muero de pensar cuál va a ser la causa de que por fin termine esta angustia, esta tristeza infinita. Mi cabeza me pide que sea una ilusión lo que la haga terminar, que sea esa sorpresa de las novelas, esas que provocan terca y obstinadamente el final feliz.

Que escrito más pozooo! Pero por fin lo estoy largando